6/1/11

Para orar: del 9 al 16 de Enero

LUNES 10 DE ENERO

Primera Lectura: Hebreos 1:1-6
Salmo Responsorial:
Salmo 97:1-2, 6-7, 9
Evangelio
Marcos 1:14-20

Después de estos días de vacaciones, volvemos a nuestros estudios, a nuestro trabajo, a nuestra tarea… Por una parte teníamos ganas, por otra nos cuesta. Pero hemos comenzado un año nuevo y a los cristianos se nos tiene que notar. Es muy importante transmitir alegría a nuestro mundo.

Cuando el ángel anuncia la venida de Jesús, siempre lo hace con las mismas palabras: “¡alégrate!”, “¡alegraos!”… Esto mismo es lo que tenemos que anunciar con nuestras vidas

Os invito a leer la siguiente anécdota:

“Un joven universitario que había estado haciendo prácticas en una empresa durante el verano y contaba, que al llevar tres semanas trabajando, una tarde su jefe lo llamó al despacho. En seguida empezó a pensar en lo peor: “algo que habría hecho mal y suponía que le esperaba una buena bronca, pero no sabía el por qué”. Tan agobiado estaba, que en lo único que pensaba era en como salvar su trabajo.

Al llegar por la tarde, se dirigió muy nervioso al despacho del jefe. El jefe le dijo:“ los lunes por la mañana todos venimos a la oficina a trabajar con mala cara, menos tú, que entras sonriente y tan amable como cualquier otro día… No me contestes si no quieres: ¿cuál es tu secreto?”. El universitario, sorprendido ante la pregunta y la situación, le dijo que los lunes, antes de entrar en el trabajo, iba a misa.

El lunes siguiente, el jefe volvió a llamarlo para decirle que se había confesado y que ese domingo había ido a misa después de muchos años.

Este muchacho no se había parado a pensar en los efectos que podía tener entrar con una sonrisa los lunes por la mañana en la oficina… pero, a veces, una sonrisa vale más que mil palabras.

El evangelio que hoy reflexionamos es el comienzo del anuncio, por parte de Jesús del Evangelio y a la vez la llamada de sus primeros discípulos.

Tras 30 años de vida oculta trabajando en el taller de Nazaret, y tras su bautismo, Jesús empieza su misión y lo primero que hace es buscar amigos para compartir la tarea.

Os invito a leer de nuevo este pasaje evangélico, pero al estilo de S. Ignacio, imaginando que vosotros estáis presentes.

¿Qué pasaría si estando en el instituto, en el trabajo, en el parque con los amigos,… se acercara Jesús, te mirara a los ojos y te dijera: “ Ven y sígueme, te necesito para construir un mundo mejor”.

Reflexión:

· ¿Qué le contestarías?

· Piensa que cosas te impedirían seguirle y escríbelas.

· Escribe también lo que te ayuda a seguirle.

Ahora es el momento de que te quedes con Él, no dejes de escribir aquello que sientas.

MARTES 11 DE ENERO

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Ayer Jesús se encontró con sus primeros discípulos y se fijó en ti.

· ¿Cómo le has seguido hoy?

Si durante el día apenas te acordaste de Él, ahora puedes dedicar un tiempo para mirar cómo estás viviendo tu vida cristiana y ver cómo puedes seguirlo.

La lectura de hoy nos lleva a Cafarnaún. Jesús va a la sinagoga, porque es sábado e inmediatamente se puso a enseñar y los que le escuchaban “quedaban asombrados de su doctrina”. De repente se le acerca un endemoniado que reconoce a Jesús como “el santo de Dios” y le pide que le deje tranquilo.

Seguir a Jesús supone salir de nuestra comodidad y ponernos en camino. ¡Cuántas veces resulta más cómodo llevar una vida lejos de las enseñanzas de Jesús, porque cuando Él entra en nuestra vida nos cambia y nos compromete!

· ¿Tenemos miedo a que Jesús entre en nuestras vidas y nos libere de las cadenas que nos atan (internet, la tele, pereza, egoísmo, …)?

· En estos momentos, ¿hay algo que me esclaviza e impide seguir con fidelidad a Jesús?

· ¿Estamos dispuestos a dejarnos sanar, cambiar,… por Jesús?

Quédate dialogando con Él.


MIERCOLES 12 DE ENERO

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:


Jesús sale de la sinagoga y va a casa de Pedro. Al entrar descubre a la suegra de este que está enferma en la cama. Jesús se acercó, le cogió la mano y la levantó.

El pecado nos paraliza, es la enfermedad más grave que podemos tener.

· ¿Cuánto tiempo hace que no te confiesas?

Hoy, en el evangelio, Jesús entra en tu casa, en tu vida y te coge de la mano para decirte, “si quiere, si lo deseas,… puedo curarte. Deseo darte mi abrazo a través del perdón. Sé que te cuesta reconocer que no siempre me sigues con fidelidad, pero a mí no me importa, aunque me apena ver que te alejas de mí. Me gustaría abrazarte de nuevo, pues cuando tu corazón está manchado por el pecado pones un muro que me impide estrecharte en mis brazos.

Si lo deseas, te puedo ayudar a revisar tu vida desde la última confesión y lo único que te queda es acercarte a uno de mis sacerdotes para que te pueda perdonar”.


Quédate con Jesús y deja que él te sane. Si hace ya hace tiempo que te has confesado, puedes revisar tu vida con este Examen de conciencia, si acabas de confesarte, dale gracias por todos los bienes que Él te da cada día.


JUEVES 13 DE ENERO

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hoy es un leproso el que se acerca a Jesús. La lepra era una enfermedad muy contagiosa. Tocar a un leproso significaba contagiarse, no por la enfermedad, sino por la impureza ritual. Con este gesto Jesús actuó contra la Ley de Moisés. ¿Por qué actúa así Jesús?

Como en otras muchas ocasiones, antepone el cariño y la cercanía que sentía por el leproso, a la ley que lo prohibía. Para Él, la única Ley es el Amor. Pudo haberlo curado sin tocarlo, pero Él le demuestra su cariño así.

· ¿Actúo con amor ante quien se me acerca para pedir ayuda?

· ¿Evito a alguna persona porque me desagrada o para no quedar mal ante mis amigos?

El leproso nos da enseña mucho:

Ø A pedir con fe: “si quiere puedes curarme”

Ø A reconocer a Jesús como nuestro Dios:”….suplicándole de rodillas”

Ø Anuncia a los demás a Jesús: “empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones…”

Dios mío, muchas veces no se pedirte porque no confío plenamente en ti. Ayúdame a aprender de este leproso que es capaz de saltar todas las barreras que le alejan de Jesús para recobrar su salud.


VIERNES 14 DE ENERO

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Si ayer veíamos como un leproso pide a Jesús que lo cure, hoy nos llama la atención el gesto de cuatro amigos.

Jesús vuelve a Cafarmaún y la gente lo busca para escuchar sus palabras. De repente se abre un boquete en el techo y aparece un paralítico que desciende ayudado por cuatro amigos.

En ningún momento se nos dice que el paralítico quisiera ser curado, pero si sabemos que Jesús:

- Curó su alma: “Hijo, tus pecados quedan perdonados”

- Curó su enfermedad física: “Contigo hablo: levántate, coge la camilla y vete a tu casa”

Esos hombres estaban convencidos de que el encuentro con Jesús sería para el paralítico la ayuda más importante. Pero, para encontrar a Jesús, a veces era preciso esforzarse mucho e incluso destruir lo que podía resultar un obstáculo, como el tejado.

· ¿Nos preocupamos para que nuestros amigos se encuentren con Jesús?

· ¿Qué estamos dispuestos a hacer por ellos?

· “El mejor amigo es el que despierta el deseo de ser mejor a su amigo porque él mismo va por delante y le tira para arriba, el que le hace descubrir la fealdad de lo malo al mismo tiempo que una sana envidia por la belleza de lo bueno”.


Señor Jesús, que despertaste la admiración en tantos que convivieron contigo, que al verte exclamaban “Todo lo hace bien”; te pido que aunque tenga mil imperfecciones, me esfuerce en vivir mejor aquello que quiero que mejoren los que tengo a mi lado. De esa manera, si ven el atractivo de tu vida en mí, te seguirán a ti. Gracias y ojalá puedas servirte de mí para ayudar a todos


SABADO 15 DE ENERO

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Mateo estaba sentado en el banco de los impuestos. Es decir, se encontraba inmerso en sus afanes cotidianos, en aquello que él consideraba “su vida”, estaba enfrascado en unos bienes que le daban cierta seguridad, no le interesaba la situación de los de su pueblo, lo importante era cobrarles los impuestos y sacar provecho para sí. En esas circunstancias Jesús le llama. El cambio de vida de Mateo exigió coraje y humildad. Se dio cuenta de que en su vida había pecado, que necesitaba un Salvador, que debía abrirse a su gracia. ¿Y nosotros? ¿No tenemos mucho de “Mateos”? ¿No nos atraen los bienes de este mundo y nos llegan incluso a distraer de las cosas de Dios y de la caridad para con los demás? Es tiempo de escuchar el “sígueme” de Jesucristo. Es tiempo de hacer la opción por Él. Su amor espera ser correspondido. Su salvación aguarda nuestra cooperación humana. Jesús nos llama a ser sus apóstoles, a trabajar por su Iglesia y por los demás. ¿Qué le vamos a responder? No nos excusemos pensando que no tenemos tiempo, porque ser apóstoles es una actitud vital que debe aflorar en todo momento, en cada lugar y circunstancia. ¡Aquí estoy, Señor, envíame!


Jesús, sé que cuando un corazón te posee, entonces te comunica, te da a los demás, porque sus palabras, sus gestos, su testimonio se hacen instrumento tuyo. Dame la gracia de imitarte para tener la fuerza apostólica para transmitirte.



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