D. Juan Carlos los animó desde el principio diciéndoles:” si creéis que habéis venido a descansar o a pasarlo bien, os habéis equivocado, los Ejercicios Espirituales son días de dar la cara a Dios, de caerse del caballo y de hacerse daño, son días para pasarlo mal, pero son también días para renovar nuestras vidas y volver a reconciliarnos con Dios”
Cada día hemos tenían 4 o 5 meditaciones, Laudes y Vísperas, una hora de oración con el Santísimo, la Eucaristía, y mucho tiempo de oración. El sábado, los ejercitantes prepararon un rosario y el domingo un Vía Crucis por la finca.
Un día muy especial fue el lunes, día dedicado a renovar los sacramentos del Bautismo y la Confirmación.
Han sido días muy intensos y de gran gozo.
Damos las gracias a todas las hermanas que pidieron y ofrecieron por el fruto de estos días de oración y también a las hermanas del Noviciado que nos acogieron y estuvieron pendientes de todos los detalles.Estos son algunos testimonios:
“Los ejercicios espirituales han sido para mí una pausa importante en mi rutina diaria. En medio del silencio y de la oración, he notado cómo Dios quiere que esté más cerca de él y su deseo de disponer de mí como instrumento de paz y amor. Sin duda, la reflexión y la meditación me han ayudado a reestructurar mis planteamientos de vida y a proponerme vivirla en el amor al prójimo y a Dios. Ojalá pronto pueda repetir esta gran experiencia”.
“Cuando llegué a este lugar lo hice sin esperanza, estaba perdido, no le encontraba sentido a mi vida, no encontraba la esperanza por ningún lado y fui para ver simplemente lo que encontraba, y allí lo encontré, estaba esperándome a entrar en su vida a través de este instrumento tan maravilloso como es las Siervas de los Pobres, siempre sonriendo y escuchándote sin escatimar tiempo por ti, rezando sin conocerte, jamás había sentido tanto amor y por parte de alguien que no fueran mis padres, y me han mostrado lo grande que es Dios.
Tienen MUY POCO, pero lo que tienen lo comparten contigo con una sonrisa de oreja a oreja, es algo indescriptible, maravilloso.
Gracias a Dios y a su maravilloso instrumento, mi vida ha mejorado, gracias a Él pude darme cuenta de que es lo mejor que he podido hacer en la vida, notas el amor de Dios, se respira tranquilidad.
Gracias Dios, porque se que me has escuchado, y gracias a las Hermanas por su dulzura y por su solidaridad”.
“Mi Experiencia en estos ejercicios espirituales ha sido mucho mejor que los primeros porque entendí muy bien lo que el padre nos quería dar. Fueron tres días muy lindos en los cuales estuve más cerca de Dios y pude conocerme mucho mejor.
Me gusto mucho porque todos los días pudimos estar en frente del Santísimo y en el momento que renovamos el bautismo y la confirmación, cuando el padre nos dio la bendición con el Santísimo, el Rosario, el Vía Crucis y la Vigilia de Pentecostés. Espero que se puedan repetir de nuevo”.
