28/1/11

PARA ORAR: del 31 al 6 de FEBRERO

Lunes, enero 31, 2011
San Juan Bosco, Presbítero (Memoria)

Primera Lectura: Hebreos 11:32-40
Salmo Responsorial:
Salmo 31:20-24
Evangelio:
Marcos 5:1-20

Las bienaventuranzas de Jesús son un canto optimista a la solidaridad, al compartir, a la ayuda mutua, al amor sin fin...

Ante este texto tan importante, debo preguntarme:

· ¿Dejo que Jesús imprima su ley en mi vida? Es decir ¿atiendo a Jesús?

· ¿Qué significaría hoy en mi vida ser pobre de espíritu, confiar totalmente en Él?

· ¿Cuáles son los sufrimientos que en mi vida yo no he asumido para que Jesús pueda consolarme?

· ¿Soy humilde para reconocer que todo lo que yo necesito para vivir viene de Dios y sólo de Él?

· ¿Mi vida refleja la Paz y la Justicia?

· ¿Tengo compasión de todos los que sufren y procuro por todos mis medios ayudarlos, acompañarlos, hacer que su situación cambie?

· ¿Tengo un corazón limpio? ¿Mis acciones con las demás personas apuntan a su cuidado? ¿o tengo un corazón doble y pienso usar a los demás?

· ¿Quién me ve a mí puede decir que yo trabajo por la paz, que mi presencia siempre causa paz en los ambientes donde se necesita?

· ¿He sido perseguido alguna vez por causa de defender la justicia? Puede ser en mi trabajo, en mis ambientes, en la escuela… ¿Cuándo me he sentido raro por esta defensa?

· ¿Alguna vez experimenté que me insultaran, que hablaran mal de mí, que se alejaran y me maltrataran por ser cristiano?

· Y finalmente la gran pregunta: ¿He notado la alegría que promete el Señor en su Evangelio? O al revés, ¿cada vez que me sucedió algo de esto, me hizo sentir peor? Porque esta es la clave de interpretación de este texto: La alegría

Compromiso: Esforzarme en vivir la Bienaventuranza que más me cuesta.

Martes, febrero 01, 2011

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hebreos 12:1-4
Salmo 22:26-28, 30-32
Marcos 5:21-43

El evangelio de hoy nos presenta a dos enfermos que acuden al médico para pedir que los cure de su verdadera enfermedad. Si ellos fueron curados, ¿qué necesitamos nosotros para lograr nuestra curación?
Primero, saber qué me pasa, qué me duele, qué molestia siento pues siempre tenemos alguna molestia. Podemos padecer el cáncer de egoísmo, o la pulmonía del enfado que nos hace reñir con todo mundo, fiebre de pereza…. Una vez localizado nuestro mal lo siguiente es acudir al doctor, a la Iglesia, al sacerdote, para que sane la dolencia del alma.

Reflexiona hoy sobre “tus enfermedades”, aquello que te aleja de Jesús y pídele que te ayude.

Compromiso: Hoy me esforzaré por estar más atento a las necesidades de los demás y les ayudaré.

Miércoles, febrero 02, 2011

Primera Lectura: Malaquías 3:1-4
Salmo Responsorial:
Salmo 24:7-10
Segunda Lectura:
Hebreos 2:14-18

Evangelio: Lucas 2:22-40 o 2:22-32

La escena evangélica es rica, volvamos a ella: han pasado cuarenta días desde el nacimiento del Señor y lo llevan para presentarlo en el Templo. La Sagrada Familia entra a la casa de Dios en actitud de obediencia. El niño Jesús, en los brazos de su madre, la Virgen María, es consagrado al Padre. Y nosotros, ¿con qué actitud nos presentamos al Señor cuando entramos a la Iglesia? ¿Con qué fervor vivimos la liturgia eucarística? ¿Con qué atención escuchamos la Palabra de Dios y con qué reverencia nos acercamos a recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo? ¿Lo hacemos como lo harían José y la Virgen Santísima? La presentación de Jesús en el Templo, despierta igualmente en nosotros la conciencia de nuestra pertenencia a Dios. Por nuestro bautismo somos de Cristo. Él es el Señor de nuestra vida. Todo lo que somos es de Él. Pertenecemos a su Iglesia, tanto a la Iglesia universal como a la comunidad parroquial. ¡Seamos miembros activos de la Iglesia!

Compromiso: Me esforzaré por tener detalles por mis padres, que un día, al igual que José y María, me llevaron a la Iglesia para hacerme “hijo de Dios”, por el bautismo.

Jueves, febrero 03, 2011

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hebreos 12:18-19, 21-24
Salmo 48:2-4, 9-11
Marcos 6:7-13


Jesús empieza a enviar a sus discípulos a la misión.

Los apóstoles llevaban tiempo acompañando a Jesús, viendo sus signos, escuchando sus enseñanzas,…

Nosotros también llevamos tiempo siguiéndolo. Continuamente nos acercamos a Él para pedirle ayuda, pero hoy es al contrario, es Él quien se acerca a nosotros para decirnos: “ha llegado vuestra hora, necesito que colaboréis en mi misión, anunciad mi mensaje con el testimonio de vuestra vida, con vuestra fe, con vuestras obras,… No tenéis que ir a otros pueblos, hacedlo en vuestro ambiente, entre vuestros amigos, compañeros, familia… No tengáis miedo de hablar de mí, aunque no os escuchen y se rían, también lo hicieron conmigo. Sé que pensareis como algunos de mis profetas: “pero si soy aún un niño y no se hablar”. No te fijes en tu edad, Soy Yo quien te envío y si tienes fe verás obras grandes.

Reflexión:

¿Cómo puedo dar testimonio a los que me rodean?

¿Qué tengo que cambiar en mi vida para ser un buen testigo de Cristo?

Compromiso: Ofrecer algo que me cueste por la conversión de los pecadores.

Viernes, febrero 04, 2011

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hebreos 13:1-8
Salmo 27:1, 3, 5, 8-9
Marcos 6:14-29

La fama de Jesús llega hasta Herodes. El había matado a Juan Bautista porque le reprochó sus pecados. Juan era “la voz que gritaba en el desierto, entre los que no creían, para que cambiaran y se convirtieran porque el Mesías estaba cerca”.

Decir la verdad, dar testimonio de Jesús, no avergonzarnos de ser cristianos,…. Puede que en algún momento nos traiga problemas, a muchos hermanos nuestros que viven en países no cristianos, les está costando la vida. Pero no podemos dejarnos llevar por el “qué dirán de mí”, “que van a pensar”,…pues de lo contrario, tarde o temprano terminaremos negando a Dios y haciéndonos uno de ellos.

Reflexión:

¿Me avergüenzo de ser cristiano?

¿Me alimento de los sacramentos de la Eucaristía y del Perdón para fortalecer mi fe?

Compromiso: Hablar a alguien de Jesús.

Sábado, febrero 05, 2011

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hebreos 13:15-17, 20-21
Salmo 23:1-6
Marcos 6:30-34

Los discípulos vuelven de su misión, han estado anunciando tu evangelio y tienen ganas de encontrarse contigo para contarte todo lo que les ha sucedido. Tú también tenías ganas de verlos, es la primera vez que van a anunciar el evangelio sin ti. Pero cuando se encuentran contigo estás rodeado de gente.

¡Cuántas veces nos ha sucedido algo bueno y estamos deseando de contarlo a nuestro mejor amigo! y que mal nos sentimos cuando tenemos que esperar porque no puede atendernos.

Pero Jesús les pide que suban a la barca para poder ir a algún lugar tranquilo para hablar.

Reflexión:

¿Busco a lo largo del día algún tiempo para estar a solas con Jesús y dialogar con él?

¿Les cuento las cosas como a mi mejor amigo y le pido ayuda cuando lo necesito?

¿Me preocupo por conocer cada día más a Jesús a través de la lectura del Evangelio?

Compromiso: Leeré un rato el evangelio.

Domingo, febrero 06, 2011
Quinto Domingo del tiempo ordinario

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Segunda Lectura:
Evangelio:

Isaías 58:7-10
Salmo 112:4-9
I Corintios 2:1-5
Mateo 5:13-16

El Evangelio de este domingo nos invita a ser sal y luz del mundo.

Cuántas veces hemos escuchado. ¡Qué persona más salada! O ¡Qué soso es!

Cristo nos invita a dar sabor al mundo en el que vivimos. No quiero que ocultéis loas gracias que os concedo, vuestros talentos, cualidades son para ponerlas al servicio de los demás, porque un candil no se enciende para esconderlo en un cajón, sino para dar luz al que vive en oscuridad. Eso tiene que ser nuestra vida, una pequeña llamita que ilumine al que no ve, que da el calor de la caridad al que tiene frío,…

Os invito a ver el siguiente video, que está muy unido al evangelio.

Reflexión:

· ¿Soy luz para los demás?

· ¿Qué puedo hacer para dar luz a quien no conoce a Jesús?

Compromiso: Visitaré a alguien que se sienta solo para darle un rato de compañía (abuelos, un vecino…)

23/1/11

PARA ORAR: del 24 al 29 de Enero

Lunes, enero 24, 2011
San Francisco de Sales, Obispo, Doctor de la Iglesia (Memoria)

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hebreos 9:15, 24-28
Salmo 98:1-6
Marcos 3:22-30

Meditación:

La página del evangelio nos dice que si un reino está dividido no puede subsistir. La unidad de la Iglesia es un deseo de Cristo. ¿Qué es lo que nos divide a los cristianos? Lo que nos separa de Cristo. El pecado por ejemplo, particularmente aquellos que hieren la caridad y la obediencia, porque nos aíslan de los demás miembros del cuerpo de Cristo y nos alejan de los representantes del Señor. Los primeros cristianos nos dan ejemplo de cómo vivir la unidad. Ellos superaron las barreras sociales, económicas o culturales. Todo lo que poseían lo ponían en común con generosidad, rezaban por los demás y se animaban unos a otros a perseverar en la fe en Jesucristo. ¿Vivimos así como ellos? No nos permitamos herir nunca la unidad. Que todas nuestras palabras sean para construir la caridad. No accedamos jamás a hablar mal de nadie y perdonemos siempre. Aunque suene fuerte decirlo, vale la pena meditar en que la caridad es el signo de los discípulos de Cristo y la maledicencia lo es de los hijos de Satanás.


Propósito:
Hoy cuidaré el uso de mi lengua. Buscaré hablar con verdad, con prudencia y con caridad.


Diálogo con Cristo:
Jesús, tú me pides amar a los demás por medio de la palabra. Ayúdame a cultivar la bondad de corazón para poder pensar y hablar siempre bien de los demás, porque para eso he nacido, para ser propagador del bien y así extender tu Reino.

Martes, enero 25, 2011
La Conversión del Apóstol San Pablo, Apóstol (Fiesta)

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hechos 22:3-16 o 9:1-22
Salmo 117:1-2
Marcos 16:15-18

Meditación

El texto narra parte de la conversión de Pablo (Saulo). Jesús le cuestiona su conducta de persecución hacia el movimiento religioso por Él fundado.
Pablo no conoció en vida a Jesús, aunque fue su contemporáneo. Nació en el año 5 en Tarso. Fue un judío bien formado. Cuando tenía alrededor de 30 años va a Jerusalén y se percata de que la religión de sus padres estaba siendo desplazada por una nueva, el cristianismo. Celoso ante tal situación se convirtió en un enemigo resuelto de la nueva fe, hasta que Jesús le “llama la atención” y lo convierte en el principal propagador del Evangelio en el mundo pagano de aquella época. Dios quiso hacer de Pablo un gran apóstol y lo dotó de una especialísima inteligencia cristiana, sin importar sus antecedentes. Dios lo amó y se le manifestó para su salvación, lo cual fue motivo de un cambio radical de rumbo. ¿Cuándo y de qué forma nos llamó a ti y a mí, Jesucristo? Podría ser bueno hoy recordarlo y comprobar si estamos efectivamente respondiendo a su llamada, Si somos fieles a nuestros cinco compromisos del GOSP o si por el contrario ando algo despistado.

Propósito
Seré delicado en el trato con los demás.

Miércoles, enero 26, 2011
San Timoteo y San Tito, Obispos (Memoria)

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

II Timoteo 1:1-8 o Tito 1:1-5
Salmo 110:1-4
Marcos 4:1-20

Meditación:

La parábola de la semilla encierra algunas paradojas. ¿Es posible que las piedras o las espinas se conviertan en terreno fértil para los granos? ¿Qué sentido tendría echar la semilla entre rocas y espinas si no hubiera posibilidad de germinar y de dar fruto? Con la gracia de Dios nuestro corazón estrecho puede ensancharse, el alma dura puede ablandarse, los cardos del propio carácter pueden limarse. ¡Cuánta esperanza nos da esta verdad! Podemos lanzarnos a la conquista de virtudes y metas espirituales porque tenemos toda la gracia de Dios de nuestra parte. Por eso se puede decir que el cristiano es un hombre y una mujer de esperanza. El que tiene fe sabe que no está solo. El Señor en el evangelio nos dice que el sembrador esparció la semilla en la vereda, en el terreno pedregoso, donde había poca tierra, entre las espinas y finalmente en tierra buena… no importa cómo seamos o qué tipo de tierra sea nuestra alma, Dios derrama sus gracias sobre cada uno de nosotros. Dejemos que su amor nos toque para que pueda transformarnos.

Reflexión apostólica:
Caer en tierra y morir es el camino para dar fruto. Así como el grano muere y se transforma en una espiga dorada cargada de fruto, así nosotros hemos de saber renunciarnos a nosotros mismos para configurarnos con Cristo. De esta forma, nuestra misma muerte será un morir para resucitar con Cristo, seremos entonces esos hombres nuevos de los que nos habla el Evangelio.

Propósito:
Buscar tiempo para ayudar a alguien a quien me cuesta aceptar.

Diálogo con Cristo:
Señor, no permitas que en mi vida se vaya ahogando la semilla de la fe, concédeme descubrir cuáles son esas piedras, esos espinos que la impiden crecer, haz que me deshaga de todo lo que seca la tierra de mi alma y me impide dar frutos de oración, de apostolado, de caridad.

27, 2011

Jueves, enero 27,2011

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hebreos 10:19-25
Salmo 24:1-6
Marcos 4:21-25

Meditación:
En el rito del bautismo se entrega una vela encendida desde el cirio pascual. Esa luz simboliza la luz de Cristo resucitado. El bautismo nos reviste de Cristo, nos hace hijos de Dios y nos convierte en luz del mundo. El evangelio es muy expresivo y nos pone la imagen de la vela metida debajo de una olla o de una cama. ¡No podemos esconder nuestra fe en Cristo! Todas nuestras obras han de transmitir que creemos en el Señor. Pero no sólo se trata de crecer en la vida de fe, debemos conducirnos de tal manera que cuando lleguemos al final de nuestra existencia el Señor nos encuentre con la llama de la caridad encendida y ardiendo entre las manos. El evangelio nos dice que pongamos atención. Nuestro Señor sabe con qué frecuencia nos distraemos por las cosas que se nos presentan en la vida, por eso nos alerta y nos invita a centrarnos en lo esencial, es decir, en la caridad. Qué fórmula tan sencilla nos da para vivirla: tratar a los demás como queremos ser tratados.

Reflexión apostólica:
Es necesario pedir a Dios todos los días que nos aumente la fe, la esperanza y la caridad. Las virtudes teologales son el fundamento de toda nuestra vida espiritual, son las que fundan, animan y caracterizan el obrar del cristiano. El auténtico apóstol se esfuerza por cultivar y acrecentar estas virtudes en la propia vida.

Propósito:
Tratar a los demás como quisiera ser tratado.

Diálogo con Cristo:
Gracias Señor, por el don de la fe, por ella creo en lo que Tú nos has revelado; gracias por la esperanza que me hace aspirar a alcanzar la vida eterna como mi única verdadera felicidad; gracias por el don de la caridad, por la capacidad que has puesto en mi corazón de amarte y corresponderte.

Viernes, enero 28, 2011
Santo Tomas de Aquino, Presbítero, Doctor de la Iglesia (Memoria


Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hebreos 10:32-39
Salmo 37:3-6, 23-24, 39-40
Marcos 4:26-34

Meditación:
Lo que el alma es en el cuerpo, eso mismo son los cristianos en el mundo. El alma se halla extendida por todos los miembros del cuerpo, lo mismo que los cristianos por las ciudades del mundo. El alma habita desde luego en el cuerpo pero no procede de él: así también los cristianos habitan en el mundo pero no son del mundo (Jn 17,16). El alma invisible está encerrada en la cárcel del cuerpo visible: igual que los cristianos, se ve que se mueven por el mundo, mientras que su piedad para con Dios es invisible. La carne persigue y hace la guerra al alma sin haber recibido agravio alguno de ella, sino porque la prohíbe disfrutar de los placeres: igualmente el mundo odia a los cristianos, no porque hayan recibido agravio alguno de ellos, sino porque se oponen a sus placeres. El alma ama a esta misma carne que la odia, y a sus miembros: también los cristianos aman a quienes los odian.
El alma se encuentra encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantienen unido al cuerpo. Así también los cristianos se ven detenidos en el mundo como en una prisión, pero son ellos los que lo mantienen unido. El alma inmortal habita en una tienda mortal; y los cristianos peregrinan en medio de las cosas corruptibles esperando la incorrupción celestial (1Co 15,50)... Dios fue quien los puso en tan noble condición, y no les está permitido desertar de ella.

Sábado, enero 29, 2011
Misa votiva de la Santísima Virgen María

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Evangelio:

Hebreos 11:1-2, 8-19
Lucas 1:69-75
Marcos 4:35-41

Meditación:

También nosotros navegamos en un lago en el que no faltan ni viento ni tempestades; las cotidianas tentaciones de este mundo casi hunden nuestra barca. ¿De dónde viene esta situación sino de que Jesús duerme? Si Jesús no durmiera en ti no sufrirías estas tempestades, sino que gozarías de una gran tranquilidad interior porque Jesús estaría velando contigo.

¿Qué quiere decir: Jesús duerme? Quiere decir que tu fe en Jesús está dormida. Se levantan los huracanes en el lago: ves prosperar a los malvados y sufrir a los buenos; hay una tentación, un choque de las olas. Y en el interior de tu alma dirás: «Dios mío, ¿dónde está tu justicia si los malos prosperan y los buenos se sienten abandonados al sufrimiento?» Sí, tú dices a Dios: «¿Es ésta tu justicia?» Y Dios te contesta: «¿Es ésta tu fe? ¿Qué es lo que, en efecto, te he prometido? ¿Es que te has hecho cristiano para tener éxito en este mundo? ¿Te has atormentado por la suerte de los malos aquí abajo siendo así que no conoces su suerte en el otro mundo?»
¿De dónde proviene que hables así y te veas sacudido por las olas del lago y por el huracán? Es porque Jesús duerme, es decir, que tu fe en Jesús se ha adormecido en tu corazón. ¿Qué harás para ser liberado de esta situación? Despierta a Jesús y dile: « Maestro, ¿no te importa que nos hundamos? Las incertidumbres de nuestra travesía por el lago nos perturban; nos hundimos. Pero él se despertará, es decir, volverás a tener fe, y con la ayuda de Jesús, reflexionarás en tu corazón y te caerás en la cuenta de que los bienes concedidos hoy a los malos, no durarán. Sus bienes, o bien se les acaban en esta vida, o bien deberán abandonarlos en el momento de su muerte. Pero para ti, por el contrario, lo que se te ha prometido durará por toda la eternidad... Da pues, la espalda a lo que acaba en ruina, y vuelve tu rostro hacia lo que permanece. Cuando Cristo se despierte, el huracán ya no sacudirá más tu corazón, las olas no hundirán tu barca, porque tu fe mandará a los vientos y a las olas, y el peligro desaparecerá.

Domingo, enero 30, 2011
Cuarto Domingo del tiempo ordinario

Primera Lectura: Sofonías 2:3; 3:12-13
Salmo Responsorial:
Salmo 146:6-10
Segunda Lectura:
I Corintios 1:26-31
Evangelio:
Mateo 5:1-12

Meditación

Este es uno de los pasajes del Evangelio que más ha conmovido al mundo a lo largo de los siglos: las bienaventuranzas. Nadie jamás en la historia se ha atrevido a proclamar “dichosos” a los pobres de espíritu, a los limpios de corazón, a los mansos, a los misericordiosos, a los perseguidos…

¿Hay un ideal más alto que el que Cristo nos propone? En Él está la respuesta a las ansias más profundas de nuestro corazón, sólo en el Evangelio de las bienaventuranzas se encuentra el sentido de nuestra vida. ¿Vivimos de acuerdo a esta verdad?

Si queremos seguir a Jesús hemos de vivir las bienaventuranzas. Cada una de ellas puede ser practicada directa y plenamente en nuestra existencia cotidiana. Todas las situaciones humanas que vivimos día con día están encerradas en ellas. Para ser auténticos cristianos, estos consejos de Jesús han de marcar nuestro estilo de vida.

¿Cómo hacer vida este mensaje de Cristo? Por un lado, hemos de descubrir el sentido del sufrimiento humano a la luz de la eternidad. Descubramos en las propias aflicciones y en las de los demás, el valor salvífico del dolor. Seamos realmente pacíficos, y mansos. No se trata de cobardía, sino del auténtico valor espiritual de quien sabe enfrentar los problemas, no con ira, no con violencia, sino con benignidad y amabilidad, venciendo siempre el mal con el bien, a ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo.

Reflexión apostólica
La situación del mundo y de la Iglesia nos impulsa al compromiso. Es la hora de ser audaces, de tener esperanza, de vivir el Evangelio.
Sólo viviendo con el espíritu de las bienaventuranzas podremos transformar el mundo y llegar a ser verdaderamente santos. Que las bienaventuranzas caractericen toda nuestra persona como cristianos.

Propósito
El día de hoy viviré una de las bienaventuranzas como el único camino hacia la verdadera dicha.


15/1/11

PARA ORAR: del 16 al 22 de Enero

DOMINGO 16 DE ENERO

Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Segunda Lectura:
Evangelio:

  1. Juan da testimonio de lo que ha visto. Dice: "He contemplado... Yo lo he visto". Lo que ha visto le lleva a confesar a Jesús como Cordero de Dios e Hijo de Dios. Según tu experiencia de Jesús, según lo que has "visto, oído, palpado" de Él, ¿con qué palabras lo confesarías delante de los hombres: Hijo de Dios, Señor, Maestro, Pastor, Salvador...?

  2. El bautismo de Jesús es un bautismo con Espíritu Santo, es sumergirse en el Espíritu para salir transformado en hijo/hija de Dios. Como cristiano/a: ¿te sientes verdadero hijo de Dios? ¿Qué sentimientos y actitudes engendra en ti esta relación filial con Dios?


    Oramos el evangelio

Cada vez que oramos ante Jesús Eucaristía, que es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, traemos con nosotros el sufrimiento, el pecado y las tinieblas de la humanidad, para que el Señor ponga Vida y Salvación allí donde hay pecado y muerte. Por ello rezamos la siguiente oración de intercesión por toda la humanidad herida:


Señor Jesús, cada vez que venimos a adorarte hecho Pan

bendecido, roto y entregado para la vida del mundo,

en lo profundo, hacemos un acto de fe:

“Ahí estás tú, Señor.

Ese Cordero eres Tú, Cristo nuestro”.


Y hemos pensado un instante en el inmenso pecado del mundo.

¿Será posible, Señor, quitar tanto pecado?

El Espíritu Santo nos recuerda lo que Tú nos has dicho:

“He venido para que tengan vida y vida abundante”.

Y entonces la fe se despierta y cree que sí,

que tu amor es más fuerte que la muerte y que el mal.


En este momento te miramos a ti, Señor,

entregado en nuestras manos para ser nuestro alimento.

Y en tu Pan, te contemplamos lavando los pies como un siervo,

perdonando pecados,

curando enfermedades y dolencias,

enseñando al que tiene hambre de verdad...


Te miramos a ti, entregado a la muerte,

y una muerte de cruz, por amor a nosotros.

Y hacemos nuestras las palabras de Isaías:

“Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores...”

Él fue traspasado por nuestras rebeliones,

triturado por nuestros crímenes...

Sus cicatrices nos curaron...

Maltratado, voluntariamente se humillaba

y no habría la boca,

como un cordero llevado al matadero”

¡Cuánto perdón ofreces continuamente, Señor!


Tú sigues presente en cada ser humano;

haces tuyo su quebranto,

y le brindas tu descanso y fortaleza.

Tú nos invitas a suprimir contigo todo mal;

y para eso nos alimentas con tu pan y con tu vida,

y nos aseguras tu perdón infatigable.


Gracias, Señor.

Que no nos deje nunca la esperanza de superar todo el mal,

aunque sea más allá de las fronteras de la muerte.


(Inspirada en una oración de Rufo González Pérez, revista Homilética)

LUNES 17 DE ENERO

Primera Lectura: Hebreos 5:1-10
Salmo Responsorial: Salmo 110:1-4
Evangelio: Marcos 2:18-22

Meditación:
El Evangelio habla de una cierta novedad: “tela nueva”, “vino nuevo”, “odres nuevos”… Es que Jesús nos llama a dejar lo viejo, lo desgastado, la rutina; en resumen, nos invita a desprendernos de aquel espíritu deteriorado y débil con el que a veces vivimos nuestra fe. El Señor nos llama a más, a estar en acto de entrega y en pie de lucha. A vivir con el espíritu de lo “nuevo”, es decir, con un amor y un fervor siempre renovado. El cristianismo no es solamente una comunicación de contenidos que se pueden saber. No, el Evangelio es una comunicación que comporta hechos y cambia la vida. Quien es cristiano vive de otra manera porque se le ha dado una vida nueva. El amor a Jesús ha de ser constantemente “nuevo”, en sentido dinámico y activo. Nuestra fe ha de ser transformante. Para que nuestro amor a Dios sea nuevo cada día debe alimentarse en la oración y en los sacramentos. Pidámosle al Señor la gracia para que nos ayude a renovar nuestro amor a Él.

· ¿Cómo vivimos nuestra fe?

· ¿A qué Cristo seguimos?

Propósito para vivir el día:

Porque el amor al Señor quiere decir imitación, me haré un programa de vida espiritual para adquirir esa virtud que más me haga imitar a Jesucristo.

Diálogo con Cristo:
Señor, ayúdame a tejer mi fidelidad por medio de cada nuevo “sí” a tu amor. Ayúdame a buscar continuamente la renovación interior consciente de la trascendencia de mi transformación, porque sé, Señor, que con hombres y mujeres dispuestos, tú puedes transformar y cambiar el mundo.


MARTES 18 DE ENERO

Primera Lectura: Hebreos 6:10-20
Salmo Responsorial: Salmo 111:1-2, 4-5, 9-10

Evangelio: Marcos 2:23-28


“¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre?”, esta frase del evangelio de hoy me hace pensar que Jesús no hablaba sin motivo, no perdía el tiempo en discusiones vacuas y cortaba rápidamente las interminables disquisiciones de fariseos, ancianos y doctores de la ley. Cuando leemos este evangelio en seguida nos quedamos con la frasecita “el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado” y le damos vueltas y vueltas como una noria descontrolada. Está muy bien, es Palabra de Dios, pero repitamos la primera frase del comentario de hoy: “¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre?”. Cuando Jesús pone este ejemplo sería seguramente porque los discípulos y el mismo Señor se veían faltos y con hambre y, picoteando espigas, engañaban al estómago. ¿Has pensado alguna vez la dureza de la vida de Cristo y de los que le seguían?, “las zorras tienen madrigueras, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. Cuando se ve una película de la vida de Cristo o se lee someramente el Evangelio parece que esperamos lo trágico, patético, triste y doloroso para el final, lo posponemos para la pasión donde todos (casi) huyen, pero ¿y antes?: Imagínate caminatas bajo el sol abrasador, noches gélidas al raso, días de mucho y vísperas de poco, escuchar peticiones y súplicas de los desheredados, enfermos, endemoniados, aguantar el desprecio de los satisfechos, muchos días añorando épocas pasadas tal vez más cómodas o con más seguridades pero, a pesar de todo, … “¿A dónde iremos, Tú tienes palabras de vida eterna?”.

· Cristo se hizo hombre por mí, para salvarme. ¿Qué he hecho por Cristo hasta ahora?

· ¿Qué estoy dispuesto a hacer por Cristo?

Propósito:

No se te olvide que estamos en la semana de Oración por la unidad de los cristianos, pedid por la unidad de los cristianos.


MIÉRCOLES 19 DE ENERO

Primera Lectura: Hebreos 7:1-3, 15-17
Salmo Responsorial: Salmo 110:1-4
Evangelio: Marcos 3:1-6

Los fariseos espiaban a Jesús. Se fijaban en el cumplimiento de la regla más que en el amor a Dios. El Señor rompe con sus esquemas y les llama a vivir una fidelidad nueva que ponga por encima de la ley, la caridad. De igual modo, Cristo nos invita a romper con nuestros modos de vivir y a empezar a hacer todo motivados por el amor a Él. ¿Seré fiel hoy a la llamada de Jesús o como los fariseos rechazaré en la práctica su mensaje? El Señor nos llama a practicar una caridad universal y delicada, a tiempo y a destiempo, que no se reserve nada, que se brinde a todos, que hable positivamente de todos… Seguir a Cristo, predicarlo y transmitirlo significa pasar, como Él, haciendo el bien. Estemos atentos para no conformarnos con poco. Hay que dedicarse a trabajar por los demás con gran generosidad y abnegación. ¡No nos cansemos nunca de hacer el bien!

Para cada cristiano la caridad es el alma de la misión, el motor de las obras apostólicas y lo que da fuerza al testimonio.

Propósito:

Responder con generosidad ante las necesidades de los demás, de mi país y de la Iglesia.

Diálogo con Cristo:

Hazme comprender, Jesús, que mi misión se resume en vivir tu amor mediante la práctica auténtica y generosa de la caridad, que mi tarea no es otra que la de predicar y dar a conocer tu amor. Dame la fuerza para empeñarme en esta tarea sin distraerme con otras cosas.



JUEVES 20 DE ENERO

Primera Lectura: Hebreos 7:25 -- 8:6
Salmo Responsorial: Salmo 40:7-10, 17

Evangelio: Marcos 3:7-12

Meditación:

El evangelista san Marcos es muy elocuente. Nos habla de que Jesús era seguido por una muchedumbre. Eran tantos los que se le acercaban que estaban a punto de aplastarlo… ¿Y ahora? ¿La distancia de dos mil años ha difuminado la figura de Jesucristo? No. Cristo sigue siendo la respuesta definitiva y completa a nuestros más profundos anhelos y aspiraciones, a nuestra hambre de felicidad. Sólo Cristo tiene palabras de vida eterna. Sólo Cristo es nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida. Es imposible no amar el bien, no amar la bondad misma, no amar la belleza misma, no amar a Aquel que se ha donado a nosotros totalmente. ¡Los hombres caeríamos de rodillas ante Cristo si realmente le conociéramos! ¿No será que Cristo es poco amado y poco seguido, porque tiene pocos apóstoles que sepan presentar la belleza de su amor? He ahí nuestra misión: dar a conocer a Cristo. Predicar a Cristo.

Si verdaderamente creemos que Cristo es el Hijo de Dios encarnado, si de verdad creemos que sólo en Cristo el hombre halla la plenitud de su vocación y su felicidad, entonces no dudaremos en proclamarlo en toda su belleza y también en toda la exigencia de su doctrina. Demos a conocer a Cristo de persona a persona.

Propósito:
Reunir a un grupo de amigos y proponerles el comprometernos con algún apostolado para llevar a Cristo a los demás.


Diálogo con Cristo:

Jesús, que no salga de esta oración sin ser profundamente tocado por ti porque sólo si te llevo dentro podré arrastrar a otros hacia ti.


VIERNES 21 DE ENERO


Primera Lectura: Hebreos 8:6-13
Salmo Responsorial: Salmo 85:8,10-14
Evangelio: Marcos 3:13-19

Meditación:

Jesús llamó a los Doce para que estuvieran con Él y nos llama también a los cristianos a vivir ese estilo de vida lleno de oración, pues este es el requisito para predicar el evangelio. Este pasaje nos hace ver que, con la elección de los Doce, Jesús edifica su Iglesia. La Iglesia no es una organización social creada por los cristianos, sino una institución fundada por Cristo. Es su presencia en el mundo. Él es la fuente de la estructura de la Iglesia, Él le ha dado su autoridad y misión. Por ella corren los ríos de la gracia y de la Redención. El quiere llegar a todos los hombres de todos los tiempos, mediante su Iglesia. Por eso, la fe en la Iglesia es inseparable de la fe en Dios Trino.

El amor a la Iglesia es parte esencial de nuestra vocación como cristianos . Debemos estar dispuestos a ser fieles a la Iglesia y al Papa en todo, porque estar con comunión con ellos es estar en comunión con Cristo.

Propósito:
Ofrecerme a ayudar a mi párroco en algún apostolado.

Diálogo con Cristo:
Señor, ayúdame a descubrir qué quieres de mí…


SÁBADO 22 DE ENERO

Primera Lectura: Hebreos 9:2-3, 11-14
Salmo Responsorial: Salmo 47:2-3, 6-9
Evangelio: Marcos 3:20-21


Meditación:

Según la narración de san Marcos, los parientes de Jesús no reconocieron su verdadera identidad. Se preguntaban cómo era posible que alguien que habían visto crecer en su familia se tuviera por Mesías. Para ellos, ese Jesús vivo y concreto era simplemente humano. Y nosotros, ¿conocemos realmente al Señor? No nos podemos quedar con una visión a medias de Él, no podemos conformarnos con un conocimiento superficial, aprendido en algunas clases de catecismo. Hace falta que le pidamos a Jesús el don del conocimiento experimental de su Corazón y que ahí, de rodillas, profundicemos en el punto central de nuestra fe: Jesucristo es Dios. No se trata de un mero descubrimiento intelectual, sino de una unión íntima y personal. La vida cotidiana nos revela que el primer efecto del amor es el olvido de sí y la creciente preocupación por la persona amada. Lo mismo pasa con Jesús, quien lo conoce de verdad, lo ama, lo imita y lo sigue. Que Cristo llegue a ser nuestro gran amigo, nuestro compañero y la gran razón de nuestra existencia.

Reflexión apostólica:
El amor a Cristo no puede permanecer estático en nosotros, nos ha de llevar a la entrega desinteresada y a la donación. Comencemos por dedicar más tiempo A CONOCER A Cristo a través de su palabra y vivamos con delicadeza la caridad.

Propósito:
Leer todos los días un capítulo del evangelio.
Diálogo con Cristo:

Gracias Señor por estos momentos de oración que me has concedido. Te pido la gracia más importante: la de amarte con un amor real, personal, apasionado y fiel. Que seas Tú mi criterio, mi centro y el modelo de mi vida.