21/10/11

Domingo 23 de Octubre


Domingo, octubre 23, 2011
Trigésimo Domingo del tiempo ordinario
Primera Lectura:
Salmo Responsorial:
Segunda Lectura:
Evangelio:

                           
1.- En tiempos de Jesús no había calculadoras. Por eso las sumas que Jesús hacía resultaban un tanto raras, difíciles y, las más de las veces, rechazables.  Veamos.
Ojeando un libro titulado Sulham Ar-ruh, en el que se explica el código mosaico que todo buen judío debía de seguir, aparecen nada más y nada menos que 613 preceptos. 365 comienzan con el “no...”, y 248 con un perentorio “Debes”. Y luego hay centenares de prescripciones sobre cómo vivir el sábado ecte....
Jesús no se pierde en aquella maraña, no se deja aprisionar en aquella vegetación de normas, leyes y cumplimientos.
Provocado por un doctor de la Ley acostumbrado a todas las sutilezas y sofismas, y que se mueve en la casuística como pez en el agua, Jesús, empieza a sumar mandamientos, normas y leyes y el resultado de esa suma es dos.
La calculadora de Jesús, con tales resultados, parecía fallar. Pero no. La calculadora de Cristo es su propio corazón y ahí las sumas obtienen unos resultados espectaculares. La suma de Diez mandamientos es igual, según Jesús, es dos: Amar a Dios y amar al prójimo.
Pero Jesús sigue sumando. Poniendo juntos estos dos mandamientos, el resultado es uno: el Amor a Dios y el amor al prójimo es la misma cosa, forman un bloque único.
2.- Nosotros, sorprendidos por tal manera de sumar de Jesús, preferimos quedarnos en la diversidad de normas y preceptos. Preferimos la suma de varios números. Estudiamos, aprendemos, repasamos, enseñamos una lista de normas y leyes en las cuales ponemos nuestra fuerza y nuestra esperanza. Nos enredamos en casuísticas, en distingos. Y todo eso porque nos da miedo sumar con la calculadora del corazón. Nos da miedo enfrentarnos a ese binomio de Cristo: amor a Dios y al prójimo. Nos da miedo enfrentarnos a esa Ley suma del amor sin límites. ¿Acaso no nos resulta difícil, cuando no imposible, vivir ese mandamiento del amor como nos lo describe San Pablo su primera carta a los Corintios donde afirma: “El amor lo cree todo, lo comprende todo, lo soporta todo, lo disculpa todo, lo perdona todo.?
Pero aún podemos profundizar más. Jesús no nos entrega dos normas, sino dos rostros, dos presencias, dos relaciones vitales. Es más, un solo rostro que se refleja en millones de caras y una sola presencia que nos mueve a prestar atención a infinitas presencias.
3.- Hoy celebramos el DOMUND. El Día de las misiones y de los misioneros; el Día de abrir el corazón buscando en rostro de Dios en de los hombres.
Los misioneros son cristianos que se han tomado en serio el mandamiento del amor; son cristianos que han superado la barrera de los normas para vivir descubriendo el rostro de Dios Padre en las caras, las más de las veces, sufrientes, de quienes no saben que Dios se identificado con ellos, con su suerte.
Hoy en un día para preguntarnos si nuestro esfuerzo amatorio se reduce a buscar y a descubrir el rostro de Dios únicamente en quienes nos rodean, nos caen bien, nos aplauden, nos sonríen.
Decir DOMUND es decir amor universal; decir DOMUND es vivir convencidos de que cualquier rostro humano es el rostro de Dios; decir DOMUND  es detectar la presencia divina en las presencias precarias o no de cada hombre.

4.- ¿Detecto el rostro de Dios en mis hermanos? ¿Excluyo a alguien de ese amor de totalidad? ¿Observo o amo?
 D. Julio Prado
                                     

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