14/2/24

¡COMINZA LA CUARESMA!

Queridos jóvenes Gosp y Gospines:
Comenzamos un hermoso tiempo, en el que Jesús nos mira a los ojos con cariño y nos dice:
"¿Cómo estás viviendo tu fe?".
Tenemos cuarenta días para prepararnos para la gran fiesta de la Pascua.
Nuestro corazón no siempre puede acoger a Jesús, guardamos dentro de él: egoísmos, perezas, rencores, ... y tantas cosillas que nos apartan de Él. Pero esto no nos puede desanimar, pidamos al Corazón de Jesús que nos ayude a cambiar y ser mejores, para que el Domingo de Resurrección celebremos con alegría, que ¡Cristo Vive!, y nosotros queremos seguir siendo sus testigos .

Origen de la costumbre

Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.

En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.

En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.

Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.

También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.

Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.

Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se impone a los niños y a los adultos.

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